viernes, 24 de abril de 2009

Tenemos un Organismo y una Identidad

Las personas, conscientes de que su organismo se deteriora hasta morir, han querido saber si hay algo en ellas que no desaparezca con su organismo, algo inmutable que las identifique individualmente de manera permanente y que sea capaz en determinadas circunstancias de regenerar de nuevo a esa persona cuyo organismo ya ha desaparecido.
La tradición cristiana cree que el hombre está compuesto de Cuerpo y Alma. Cree en un “alma inmortal”, sujeto incluso de premio y castigo; “creada” en el momento de la concepción, pero imperecedera. Estas creencias, fundamentadas en la autoridad de la Iglesia, han sustentado los principios morales que han regido el comportamiento en la civilización Occidental durante los últimos siglos.
Inmanuel Kant, reflexionando lógicamente sobre la naturaleza humana, concluía que ella estaba constituida por una sustancia cambiante y perecedera (claramente se refería a su cuerpo, al organismo material), pero que necesariamente contaba con otra parte trascendente, inmaterial, que no se altera, aunque sí lo hiciera la sustancia, (el organismo), a quien conforma e identifica.
Si entendemos por Identidad aquello que permanece igual a sí mismo en un contexto de cosas cambiantes y que sirve para identificar o reconocer algo, podemos decir que Kant concluía que la naturaleza humana la componían dos elementos: Una sustancia cambiante y perecedera: el Organismo y una Identidad inmaterial, inalterable e identificativa de la persona.
Por otra parte, lo que comúnmente se entiende por identidad personal, se relaciona más bien con la conciencia que uno tiene de sí mismo, que sin embargo no es más que una actividad mental, es decir es una actividad del organismo perecedero.
De hecho, si realizásemos una encuesta preguntando en qué consiste la identidad de una persona, quizás la respuesta más común sería que su identidad está constituida por sus recuerdos que a nivel psicológico mantiene como una sucesión histórica de sus vivencias, pues es esa memoria histórica de uno mismo la que le permite ser consciente de su individualidad y le sirve para identificar a su Yo como el sujeto y nexo de unión de las muy variadas vivencias que ha experimentado. Pero hablar de ese Yo psicológico en el que la mente del sujeto se reconoce, es hablar de otra cosa, eso no cumple las condiciones que requiere la Identidad que buscamos, ni existe dato alguno que nos permita presuponer que permanece tras la desaparición del organismo. Así pues,
- Las percepciones mentales y los sentimientos que elabora la mente cambian, como David Hume reconoce. Una persona que sufriera una amnesia total es la misma antes y después de sufrirla, lo sepa ella o no. Luego la memoria no cumple la condición de identidad al no permanecer igual e inalterable.
- Por otro lado, una persona posee una Identidad desde antes de contar con una mente capaz de generar recuerdos y de ser consciente. Luego esa memoria no sirve para reconocer al sujeto en todo momento.
Vemos por tanto, que la Identidad personal no puede encontrarse en la memoria de las propias percepciones como creía Voltaire, ni en cualquier otra función mental.
La mente, conjunto de las funciones del cerebro, forma parte de nuestro Organismo. Aunque es nuestra herramienta más sofisticada, no es sino una herramienta, no puede constituir nuestra Identidad.
Entonces, ¿Acierta la tradición cristiana cuando dice que la persona tiene una doble naturaleza, su cuerpo y otra cosa inmaterial? Desde luego posee una sustancia material: su cuerpo, pero veamos si su naturaleza cuenta además con una Identidad inmaterial en los términos que Kant juzgaba necesario:
Si queremos descubrir dónde está la Identidad, convendrá buscarla cuando no esté oculta, donde sea más fácil distinguirla. Hay que buscarla al inicio de su existencia, en el origen, cuando la persona acaba de ser concebida, cuando aún el proceso embriológico no ha conformado su cuerpo, ni éste ha generado procesos mentales que nos puedan confundir, cuando no hay de la persona casi nada más que eso: ¡su Identidad¡.
¿Encontramos ahí algo inmaterial, inalterable, que sirva para identificar en cualquier momento a esa persona, por mucho que cambie ésta a lo largo de su existencia?
Pues ahí lo que vemos que hay es "información". Información codificada químicamente, pero es "información". Nuestro organismo, nuestra mente también, dependerá de esa información. ¿Será esa información la Identidad que andamos buscando?
¿Cumple esa información las condiciones que Kant y el concepto de Identidad exige?
-Desde luego la información es inmaterial, no el sustrato químico codificador, sino “la información codificada“;
-Desde luego es inalterable, no cambia. Un organismo, un individuo, tiene una única Identidad a lo largo de su existencia. El organismo, a lo largo de su vida cambia sus células por otras, pero todas mantienen su misma información.
- Desde luego esa información sirve para identificar en cualquier momento a un sujeto que sí que cambia. No importa lo joven o viejo que sea, en el seno de qué cultura haya vivido, la única manera fiable de identificar al individuo en cualquier instante de su existencia es leyendo esa información que le acompaña desde el momento en que fue concebido.
- Hoy sabemos que esa información, la Identidad del individuo, sirve no sólo para identificarlo, sino para regenerar individuos idénticos a él, aunque su organismo haya ya desaparecido.
No cumple, eso hay que reconocerlo, una condición que aunque no es exigida por la lógica de Kant es muy valorada sentimentalmente por los humanos: la Identidad personal no incluye los recuerdos generados en la mente del organismo a través de su existencia. Una gran pérdida, o no, según se considere.
Por otra parte, así como cada organismo tiene una única Identidad, no hay objeción a que una Identidad pueda dar lugar a más de un organismo idénticos, lo que curiosamente atenta contra nuestra intuición más común, pero eso es un hecho.
Vemos que la tradición cristiana ha acertado al definir la doble naturaleza humana y parece como si Kant con su lógica, antes que Mendel con sus experimentos, ya hubiese descubierto el misterioso mecanismo que genera la vida: la replicación de información identificante.
Una vez convencidos de que nuestra naturaleza además de estar dotada de un organismo, posee una Identidad, deberíamos reflexionar sobre cómo ocuparnos de esa otra parte de nuestra naturaleza que es nuestra Identidad. De igual manera que sabemos qué es lo que conviene a nuestro organismo, pues de ello se viene ocupando nuestra mente de manera instintiva y solemos actuar en consecuencia, también deberíamos utilizar nuestra mente para reflexionar sobre cómo debemos actuar en función de los intereses que se derivan de la existencia de nuestra Identidad.
La Identidad de una persona no está en el “Limbo” antes de que su organismo sea concebido o después de muerto. Está en los demás, en el pozo genético de la Humanidad, de donde se obtiene obviamente la información que constituye nuestra Identidad en el momento de la concepción. Cuando morimos, perdemos nuestro cuerpo, pero nuestra Identidad sigue estando en la Humanidad.
Si queremos que nuestra Identidad sea preservada, nos deberá interesar el progreso de la Humanidad. Todo lo que atenta contra la Humanidad atenta contra nuestra Identidad, que es la parte con futuro de nuestra propia naturaleza. Si la Humanidad desaparece, desaparece la Identidad de cada uno de nosotros, algo mucho más grave que la pérdida de nuestros organismos.
Todo ello tendría una importancia relativa si no fuera porque el mayor misterio que existe en el Universo es el Futuro de la Humanidad. Un futuro (potencial) que sin duda vale la pena.
La reflexión sobre esta realidad antropológica, debería ser asumida culturalmente para fundamentar en ella una ética actual, en un lenguaje inteligible por todos, que tanta falta hace en nuestros días.
Juan Jesús González Torres

60 comentarios:

  1. Kant, a mitad del siglo XVIII en su Crítica de la Razón pura. Añado un comentario actual de su Obra:
    Con la filosofía kantiana el sujeto cambió de estatus: su estatus era de sustancia, ahora se convierte en trascendente. Lo que significa que ahora, como trascendente, no existe, propiamente hablando. En este cambio de estatus el sujeto guarda a pesar de todo una permanencia: ella era real cuando era sustancia; ella se convierte en ideal y lógica en el sujeto trascendente.
    Podemos decir que la permanencia es esencial para el sujeto, no la permanencia como sustancia, que se comprueba que es como la de la materia, sino otro tipo de permanencia, que redobla la permanencia sustancial de la materia, una permanencia ideal, la de lo trascendente. Pero ¿qué hay de su identidad?
    Hemos visto que la identidad es el segundo requisito del principio de la razón suficiente. Hemos de ver ahora si el sujeto trascendente responde correctamente, es decir de una manera consecuente con la determinación de la identidad. En efecto, el sujeto trascendente permite responder hasta el final a la pregunta ¿Quién?
    Kant muestra que aunque formalmente, el sujeto trascendente tiene una función respecto a la personalidad: nuestra personalidad puede cambiar, incluso por completo, pero queda la identidad formal del Yo trascendente, justamente porque es formal, vacío, permite conservar una identidad para la persona a pesar de las modificaciones a través del tiempo.
    Tras 250 años, yo suscribiría sus palabras. Sustituyendo Sustancia por Organismo y Transcendente por Información ó Identidad.

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  2. Gracias por tu comentario. Me confirmas lo difícil que resulta para nuestra intuición admitir que puedan existir dos organismos distintos con la misma Identidad; pero yo me refiero a la Identidad trascendente, que diría Kant, no al Yo psicológico.
    Cuando digo que dos personas tienen la misma Identidad, no quiero decir que tengan la misma historia vital, ni la misma musculatura ni siquiera que hablen el mismo idioma o que tengan la misma cultura, no. Por supuesto que el Yo psicológico de ambas, como el resto de su organismo, no coincidirá. El objetivo del Blog es precisamente revisar nuestras intuiciones al respecto, por erróneas.
    Pienso que nuestra intuición nos engaña porque nuestra mente no tiene experiencia directa más que de nuestro organismo y su entorno, con el Yo psicológico dentro tomando buena nota. Por eso sólo nos interesan los asuntos relacionados con nuestro organismo y lo que la mente reconoce como de valor para su bienestar. La mente, y el Yo psicológico que es producto de la mente, trabaja automáticamente para el cuerpo, del que forma parte. Afortunadamente la mente, y confiemos que también lo pueda hacer el Yo psicológico, además puede ocuparse de cuestiones de las que no tiene experiencia, como de esa otra parte de su naturaleza que es su Identidad. El objetivo de este Blog es precisamente llegar a interesar al Yo psicológico por su Identidad.
    Por cierto también eres tú ahora muy diferente de cuando eras niña, claro que en este caso tu memoria histórica (tu Yo psicológico) consiente en que intuyas que sois idénticas, y es verdad, lo sois, aunque no es en la Identidad trascendente, que desde luego es la misma, en lo que estabas pensando.
    De acuerdo en que la información genética no determina al 100% cómo va a ser el individuo. El mecanismo de empaquetamiento de los genes en los cromosomas que se conoce como Epigenética hace que según las circunstancias ambientales serán unos u otros genes los que se expresarán o se reprimirán. Pero a iguales circunstancias ambientales darían lugar a iguales organismos. Sabemos ya que dos gemelos idénticos se parecen más cuanto más jóvenes son; con la exposición a distintos ambientes van divergiendo poco a poco, pero eso no cambia nada, son dos organismos, con sus mentes, distintos pero tienen una misma Identidad.
    Cuáles son los sentimientos de un clon hacia otro, es desde luego un terreno pantanoso porque los sentimientos dependen en gran medida de las creencias y en este terreno las creencias que actualmente tenemos están muy mal fundamentadas por falta de experiencia. Qué sentimientos tendrías tú ahora hacia una utópica Tere resucitada y en el Paraíso. ¿Por qué te identificarías con ella al nivel que ahora reclamas como de identidad si las circunstancias externas e incluso (y aquí tropezamos como siempre con el Yo psicológico) de memoria íntima, son tan diferentes? Imagínate que encima reconoces que ese extracto de Tere resucitada se corresponde (en cuanto a la Identidad), no contigo exclusivamente, sino con 3 Teres que en el mundo han sido. Bien, pues aunque no tenemos experiencia de ello, lo que yo digo es que la realidad es así, o al menos es la mejor aproximación que hoy podemos hacer con lo que sabemos y debería interesarnos profundizar en ello y corregir nuestras intuiciones erróneas.
    Parece un buen ejercicio pensar en los sentimientos recíprocos que se generarían en las mentes de 3 Teres, una que vivió en el siglo XII, otra en la actualidad y otra en el siglo LII. Lo único que diferiría serían sus recuerdos, cada uno tendría unos diferentes que les durarán lo que su organismo tarde en deteriorarse, pero ¿si no hay recuerdos comunes, no hay nada común entre esas 3 Teres Idénticas que saben que lo son? Yo me consideraré hermano de las tres.
    JJ

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  3. Al hilo de todas estas interesantes reflexiones sobre la Identidad Personal que plantea Juan Jesús a quien felicito por este blog, y, ya que hace referencias a Kant, Hume e incluso Descartes...aunque no sea nombrado, sería interesante recordar lo que Kant plantea al inicio de la Crítica de la Razón Pura: "¿Qué puedo conocer?. ¿Que debo hacer?. ¿Qué puedo esperar?. ¿Qué es el Hombre?".Las tres primeras son determinantes para poder "saber", "decie" "¿QUÉ SOY?. Que cada cual, si quiere, intente respondérselas. No es nada fácil La respuesta a estas preguntas es compleja y cambiante a lo largo de la vida, como lo es la construcción de la propia Identidad Personal.

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  4. Maria Jesús utiliza el concepto de Identidad Personal en el concepto clásico, el psicológico, se refiere a algo que la mente va construyendo mediante sus experiencias vitales. Cuando yo me refiero a la Identidad me refiero a algo distinto, yo me refiero a esa información que constituye “los planos” del individuo. De Descartes no he querido hablar, porque quizás la excesiva importancia que se le dio a su aseveración de que éramos “sustancia pensante” lo que es obvio, ha conducido a centrar exclusivamente en la mente, que no es más que una función del cerebro, las posibilidades de encontrar algo trascendente en el ser humano. Como muestra adjunto lo que un discípulo suyo, Voltaire, dice al respecto de IDENTIDAD en su diccionario filosófico. (Nótese cómo él mismo reconoce que se ha metido en un callejón sin salida):
    “IDENTIDAD: Este término significa “lo mismo”; podría traducirse por “mismidad”. Este tema es más interesante de lo que se piensa. Es convenido que no se debe castigar nunca más que a la persona culpable, a ese individuo, no a ningún otro. Pero un hombre de 50 años no es en realidad el mismo hombre que cuando tenía 20 años; ya no existen ninguna de las partes que formaban su cuerpo; y si él ha perdido la memoria de lo pasado, lo cierto es que nada liga su actual existencia con una existencia que ya está perdida para él.
    Ud. no es el mismo más que por el sentimiento continuo de lo que Ud. ha sido y de lo que Ud. es; Ud. no tiene el sentimiento de su ser pasado más que por la memoria: No es pues más que la memoria la que establece la identidad, la mismidad de su persona.
    Se ha preguntado ¿Cómo a un hombre que haya perdido su memoria antes de morir y que sus miembros se hayan cambiado en otras sustancias, podría ser castigado por sus faltas? O recompensado por sus virtudes.
    Hay que saber si el alma, siendo una sustancia, y habiendo perdido el conocimiento del mal que ella haya podido hacer, siendo tan ajena a todo lo que ella haya hecho con su cuerpo, puede y debe, según nuestra manera de razonar, responder en otro universo de acciones de las cuales ella no tiene ningún conocimiento.
    Estas cuestiones no parecen poder ser resueltas por el espíritu humano, parece que en todos estos laberintos sólo podemos recurrir a la Fe, que es siempre nuestro último asilo.
    Tolando escribió en su Epitafio: “El ya no será jamás el mismo Tolando”. Sin embargo, hay que creer que Dios si que podría reencontrarlo, si quisiese. Hay que creer también que el Ser que necesariamente existe es necesariamente bondadoso.”

    Menos mal que al poco llegó Kant y se percató de que en la naturaleza humana había algo más que un organismo con un cerebro capaz de pensar. A esa parte trascendente que Kant descubrió sin tener nociones de genética, es a la que yo llamo Identidad y que hoy día, en que resulta evidente su existencia, nos permite plantearnos problemas virtuales como el siguiente:
    Imaginemos que cada persona es un CD en el que va grabada la información que le caracteriza, define e identifica e incluso la de cómo generar (fabricar) otro CD igual a sí mismo. Si al CD le consta que tiene un plazo de vida de 90 años. Pregunto: Qué tipo de relación le interesaría mantener a ese CD con el disco duro de duración indefinida donde se guardan las copias de seguridad suyas. Añado que al CD le consta que el disco duro, con el tiempo, irá desarrollando unas habilidades que sin duda resultarán en el manejo de su información no sólo para fabricar CD`s, sino maravillas tecnológicas de las que hoy no se tiene ni idea. Obviamente no se puede considerar la naturaleza humana, el CD, al margen de las potencialidades de la Humanidad, el disco duro.

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  5. Antes de nada, yo no me estoy refiriendo a ningún "yo psicológico", producto de la experiencia personal, empírica, cambiante y contingente.Simplemente, he citado a KANT EN EL PRÓLOGO A LA CRÍTICA DE LA RAZÓN pURA. ESAS PALABRAS No SON MÍAS (VAN ENTRECOMILLADAS). Hay espacio para todo en Kant para quien el CONOCER y el CREER tenían códigos diferentes. Me parece muy trivial "definir" -o intentar hacerlo- la identidad personal como una suma de muchas cosas como se deduce de estos textos. También, el usar el término kantiano "trascendental" con un significado que nada tiene que ver con el habitual sentido de "lo que está fuera de nosotros" sea Dios, la Inmortalidad, el alma o cualquier otra cosa...Kant no lo usa así. Hay muchos tipos de ética al uso.
    En la respuesta anterior, se están mezclando registros que no tienen nada que ver entre sí, desde mi punto de vista.
    Por otra parte, supongo que este blog es un foro abierto a las ideas de cada cual.
    En cualquier caso, el término "trascendental" en Kant, apela en última y primera instancia a la LIBERTAD del sujeto.
    Además de que el término "naturaleza humana" reviste muchos sentidos, según se interprete el vocablo "naturaleza".
    Sigo pensando que mezclas muchos registros y los ejemplos del CD de la respuesta anterior, a mí no me sirven para nada; pero puede que a otros u otras sí...
    De todas formas todas tus reflexiones me parecen muy interesantes.
    Yo creo que, en el sentido de los escritos anteriores, me voy a dar "unas vacaciones filosóficas". ¡Salutem Plurimam!. M.J.

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  6. Maria Jesus, disculpa si no he acertado en mi comentario al tuyo. Yo no critico ni a Kant ni a ti. Para empezar yo no conozco en profundidad a Kant ni a ningún filósofo, pero de él tengo la opinión de que si hubiese conocido la existencia de una información codificada que conforma e identifica a cada organismo durante toda su existencia, como conocemos ahora, visto lo que Kant dijo, (ver el primer comentario), él hubiera dado el paso que yo pretendo dar, es decir que tal información constituiría la parte trascendente de su naturaleza.
    A partir de ahí, claro que hay muchos registros. Yo pretendo precisar el significado de cada expresión que se emplee, (todas lícitas) porque quiero ser coherente con los Objetivos del Blog (ver al principio del Blog bajo el título).

    La historieta de los CD’s no es más que una enorme simplificación en la quiero caricaturizar a una persona, reduciéndola a una chasis y a una información (un software) (los dos componentes de la naturaleza humana) y establecer la relación CD versus Disco duro, como banco de pruebas simplificado para conseguir avanzar hacia el objetivo 2. Para lo que pido ayuda. Con afecto. JJ.

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  7. Me ha gustado el cuento de los CD’s, desde luego sirve para centrar el tema y simplificarlo. Creo que el tipo de relación que tendría el CD con el disco duro dependerá de la Información que lleve grabada el CD.
    En el caso de las personas, la información a que te refieres ha aparecido por selección genética de las identidades, por seguir con tu vocabulario, que se han adaptado mejor al medio. Por tanto, para un CD, si ocuparse de la supervivencia del disco duro le ayuda a que no se pierda su propia información, esa estrategia le resultará muy adaptativa y cabe esperar que él esté interesado en seguir ese comportamiento.
    Enhorabuena por el Blog. Marcelo Garmendia.

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  8. ¡Hola JJ.!En ningún caso has de disculparte porque a mí no me has ofendido en nada. Sigo pensando que manejamos de diferente manera el término 'naturaleza humana' y no pasa nada. También sigo pensando que reflexionar sobre las preguntas kantianas de mi primer comentario puede ser clarificador y enriquecedor para los objetivos del blog.
    Comprendo que la existencia de un "disco duro de duración indefinida" es una buena metáfora. Pero ¿existe un disco duro de duración indefinida?.
    La naturaleza humana quizás pueda ser el resultado de la interacción de lo biológico y lo cultural.Ello abre cantidad de posibles interpretaciones. Todas ellas respetables
    Pero en fin, es cuestión de las ideas y conocimientos de cada cual.
    Recuerdo con mucho cariño las conversaciones mantenidas hace años a propósito del libro "El gen egoista" y que al final me lo compré.
    Te anímo para que sigas con el blog!!. M.J.

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  9. Juan Jesús González Torres2 de mayo de 2009, 13:57

    Gracias a Marcelo por su aportación, veo que ha medido muy bien sus palabras, pues afirma que para un CD, ocuparse de la supervivencia del Disco duro es muy adaptativo, pero luego dice que “cabe esperar que siga ese comportamiento”, más indefinido, y es que entiende que los comportamientos de los CD’s (personas) muchas veces se alejan de la persecución de sus intereses. A las normas que rigen los comportamientos, cuando afectan a personas, le llamamos Etica y establecer las bases para una Etica de consenso quizás sea una de las necesidades más urgentes.
    De todas formas creo que todavía se debería aclarar más por qué debería un CD ocuparse de un disco duro, al menos con la atención que una madre se ocupa de su hijo. Quizás el Richard Dawkins del Gen Egoísta nos lo podría explicar, pero después de leer su The God Delusión, me parece que ya no está en tan buena forma.JJ

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  10. Juan Jesús González Torres2 de mayo de 2009, 14:25

    Gracias María Jesús, Efectivamente, utilizamos distinto lenguaje porque yo en vez de utilizar “la naturaleza humana”, diría “la personalidad humana es el resultado de la interacción de lo biológico y lo cultural”, pero seguramente se utiliza más la expresión que tú utilizas.
    Sin duda el “disco duro de duración indefinida" es sólo una posibilidad que puede cuajar ó no, seguramente dependerá del comportamiento de los CD’s. Desde luego que puede malograrse.
    Pero su capacidad de progreso y sus potencialidades por encima de todo cálculo están fuera de duda. Leí una novela corta que recibió el premio Redes (el programa de Punset), a la mejor contestación a la pregunta:”¿Cómo será la Humanidad dentro de 100 años?” que rompía esquemas. La evolución de Internet tenía algo que ver por cierto. Si no la encuentras te la puedo enviar.JJ

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  11. Enhorabuena por el Blog. Es un buen enfoque para mirar desde otro punto de vista cuestiones muy viejas, pero tengo una objeción:
    No comparto la optimista idea de Marcelo, ya que aunque él no lo asevera, parece que se inclina a creer que la persona, (el CD), se interesará por la supervivencia del disco duro, (la Humanidad). Pero de hecho no lo ha hecho nunca. No hay más que ver cómo van las cosas en nuestro planeta. De acuerdo en que la información genética se ha seleccionado por su capacidad de adaptación. Pero si una madre se ocupa de sus hijos, sus genes se imponen sobre los de las madres despreocupadas, por eso las madres humanas están predispuestas a ocuparse de sus hijos. Pero ¿por qué van a medrar los genes de los que se preocupan por el futuro de la Humanidad respecto a los de los que no lo hacen? En este caso Teresa tiene más razón cuando dice que el comportamiento es LIBRE. J.V.

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  12. Marcelo Garmendia6 de mayo de 2009, 11:17

    Yo también estoy de acuerdo en que para que las personas se comporten altruísticamente, procurando el progreso de la Humanidad, deben estar motivadas culturalmente. El otro método es que se seleccionen genéticamente individuos altruistas en ese sentido, y eso suena un poco fuerte hoy por hoy.
    La Religión es una motivación cultural que ha obtenido y obtiene buenos resultados en general utilizando el premio y el castigo como herramienta de persuasión.
    Juan Jesús en el Blog propone otro modo de conseguir esa motivación, que consiste en poner de relieve que velando por el progreso de la Humanidad se conseguirá preservar la Identidad personal consistente en una información que le identifica totalmente.
    En ese caso, habrá primero que explicar qué interés tiene eso para el individuo.

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  13. Juan Jesús Gonzalez Torres7 de mayo de 2009, 2:48

    Sí, es un procedimiento de persuasión para que los “no creyentes” se comporten como los “creyentes” deberían comportarse.
    Explicar el interés de que la Identidad de uno mismo sea preservada es muy difícil.
    Lo primero que habría que precisar es el contexto en el que se salvaguarda esa Identidad personal:
    Aunque hacer previsiones sobre el progreso de la Humanidad a tan sólo 10 años es muy arriesgado, parece más seguro decir algunas cosas tan sólo y a un plazo más largo.
    Actualmente la Humanidad se encuentra aún en sus inicios y sus capacidades no crecen por mera acumulación, sino exponencialmente.
    Si no se malogra, dentro de 100 años las relaciones interpersonales se parecerán muy poco a las que hasta ahora hemos conocido, se compartirán en directo los productos de las actividades de los distintos cerebros, es decir, se compartirán mentes y lo que esa enorme capacidad racional va a repercutir en los logros humanos es inimaginable. Podríamos decir que la diferencia entre un hombre actual y un ente humano futuro será como la existente entre la simpleza de un ser unicelular como una bacteria y un organismo pluricelular. Cien años no es nada. ¿y 500? Y qué tal dentro de 1000 años.
    Es evidente que el futuro de la Humanidad es un misterio, pero es que el propio Universo es otro misterio. Por ejemplo, rechazar la teleología ó el Diseño Inteligente, que es lo más sensato desde el punto de vista Evolucionista, puede resultar un error si el Universo tiene propiedades de “no-localidad en el espacio-tiempo”, como nos dicen físicos como Alain Aspect, Tim Maudlin ó Roderich Tumulka.
    Es en ese contexto en el que hemos de preguntarnos si nos interesa que nuestra Identidad siga presente formando parte de esa misteriosa Humanidad futura.
    No creo que lo sensato sea evaluar ese interés con el sistema emocional que actualmente manejamos (que es por analogía el de la bacteria versus el del ser pluricelular). Pero parece aún muy difícil que culturalmente se viva en la creencia de que el futuro de la Humanidad es el mejor proyecto vital de las personas, lo cual puede ser grave si, entre tanto, proliferan los “científicos” que se empeñan en combatir la Religión.
    En cualquier caso, la falta de esperanza no es una actitud inteligente,
    si no se tiene Fe en que se puede conseguir un objetivo, no se consigue. Que se lo digan al Barça después del partido contra el Chelsea, con gol de Iniesta en el minuto 93.

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  14. Me ha gustado la idea de identificar la información que constituye el genoma de una persona con la parte trascendente de la naturaleza humana según Kant. Desde luego hace más inteligible su análisis sobre la naturaleza humana. Es un Blog que te hace pensar, Animo!! J.B.

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  15. ¿Puede alguien aclarar qué significa eso de la “no-localidad en el espacio-tiempo”? J.V.

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  16. Es un hecho que ha puesto de manifiesto la Mecánica Cuántica y que atenta contra nuestra intuición, puede que además atente contra la Teoría de la relatividad, en tanto en cuanto admite que entre “partículas entrelazadas” se producen acciones causa-efecto instantáneas a grandes distancias, es decir saltándose la limitación de la velocidad de la luz.
    Para una explicación detallada consulta en Internet. Yo sólo haré un comentario muy simple en el sentido que he utilizado; pondré un ejemplo: En un Universo unidimensional constituido sólo por una sucesión de puntos (una línea), para ir del punto 1 al 3, hay que pasar por el punto 2. Luego el suceso 2 es anterior al suceso 3. Si el Universo ahora es bidimensional (un plano), para ir del anterior punto 1 al 3, ya no tienes que pasar por el 2, te puedes desviar a la izquierda o a la derecha y de hecho ya no tiene sentido decir que 2 es anterior a 3. Lo mismo pasaría en nuestro espacio-tiempo de 4 dimensiones si se cuenta con dimensiones extra, como parece lo más probable.
    También decía, que es cierto que la correcta comprensión del Evolucionismo descarta la Teleología (que la historia del Universo tiene una finalidad) y el Diseño Inteligente (que la organización de la complejidad de los seres vivos responde a un plan de alguien), pero las encarnizadas disputas sobre ello, no tienen sentido si se contempla un Universo de más dimensiones que las que experimentamos, puesto que en ese caso no hay un antes y un después. Curiosamente este asunto mantiene ocupada a mucha gente enzarzada en una disputa en el que suelen perder hasta las formas. Mi admirado en otro tiempo, Richard Dawkins, es uno de ellos.JJ

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  17. Gracias por la explicación. Si he entendido bien, quieres decir que si el Universo tiene más de las 3 dimensiones espaciales y el tiempo, de lo que hay pruebas científicas, no tienen sentido palabras como “finalidad” o “plan”, en el sentido que nosotros le damos, porque implican un antes y un después. Luego estar a favor o en contra de la Teleología y el Diseño Inteligente es irrelevante. J.V.

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  18. Si has acabado con la disputa del Diseño Inteligente, exporta la idea a USA porque allí andan a palos con la cuestión. M.G.

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  19. Están diciendo cosas muy interesantes. Parece que los objetivos que han propuesto en el Blog no quedan muy lejanos. Parece evidente que la información genética de la persona no desaparece con su muerte. El significado que esto pueda tener para cada persona y el que pueda despertar ó no su interés, creo que depende de la idea que ella tenga sobre hasta dónde llegará la Humanidad en su progreso y del sentimiento de pertenencia a la Humanidad y de partícipe en su porvenir que tenga, que no son cosas que la gente se plantee todos los días.
    Desde luego no se puede pretender que no haya una buena dosis de Misterio en todo ello.
    Lo que no queda nada claro es cómo podría haber un “juicio final individualizado”.

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  20. Tendremos que incluirlo en la dosis de Misterio que hay que admitir, pero añadiré dos cosas:
    1 Puede que el juicio, de haberlo, no sea “final” sino que tal vez sea ”en directo”, habida cuenta de que en las condiciones existentes cuando se produzca, puede que no haya un antes y un después, como se ha comentado.
    2 No está muy claro hasta qué punto una persona es totalmente responsable de sus actos y no hay un determinismo en función de su naturaleza genética y del ambiente vivido, de lo que no siempre se es responsable. No obstante solemos tener la sensación de que en cualquier caso siempre podríamos haber actuado de otra manera, es decir pensamos que somos libres. J.V.

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  21. Juan Jesús González11 de mayo de 2009, 3:49

    Sí, parece que hay más “determinismo” en nuestro comportamiento del que queremos reconocer.
    Siguiendo en la línea de nuestros razonamientos, imaginemos (contra la ley de probabilidades), que a lo largo de los próximos 700 años, nacen tres personas con la misma información genética, cada una vive en una época y contexto distinto y cada una tiene su historial de comportamiento. Una vez que han muerto, lo que queda de ellas es su Identidad en el pozo genético de la Humanidad, pero esa Identidad es la misma para las tres personas, lo que una futura y misteriosa Humanidad pueda hacer con esa Identidad, no podría hacerlo en función del comportamiento de cada una de las tres personas por separado, (juicio individualizado por persona), sino en todo caso se juzgaría a una sola Identidad, que es común a las tres personas. Esto me induce a pensar en que existe un determinismo total en el comportamiento personal que está ligado a su Identidad genética.
    Pero que haya un determinismo en el comportamiento ligado a la Identidad de la persona que actúa, no quiere decir que la persona no sea libre, lo que realmente nos dice es que nuestra intuición de lo que es una persona, es incompleta, no somos sólo el yo psicológico, sino que nuestra naturaleza incluye también esa Identidad que nos determina. (La persona no actúa según escoge caprichosamente nuestro Yo psicológico, eso no pasa así, aunque nos lo parezca, el yo psicológico está determinado por la Identidad). Actuar con libertad significa actuar conforme a nuestra naturaleza. Lo cual es muy determinista. Por tanto, la persona, contemplada en su totalidad, organismo e Identidad, es responsable de sus actos porque es libre, es decir se comporta según su naturaleza. (Para más precisiones consultar en: http://www.filosofia.org/filomat/df324.htm)
    Esta conclusión constituye una prueba del primer objetivo del Blog: la naturaleza humana incluye una Identidad además de su organismo, a quien determina. J.J.

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  22. Contestando a Tere:
    Sí, las tres personas son libres porque se comportan según su naturaleza, es así que tienen la misma naturaleza, luego se comportarían de igual forma en iguales circunstancias en situación de libertad. Estaba seguro que te iba a parecer demasiado determinista, pero fíjate que estás llamando determinista incluso a que una persona decida echar a cara o cruz qué es lo que va a hacer. Yo diría que el futuro no está escrito.

    Respecto a echar culpas, que nadie saque mucho pecho, porque nuestra experiencia del propio comportamiento corresponde al que hemos tenido en unas circunstancias muy concretas, pero no podemos saber qué comportamiento hubiésemos tenido en circunstancias vitales totalmente diferentes. Es más, yo pienso que una misma persona es capaz de lo mejor y de lo peor. El ambiente por tanto tiene una importancia enorme. Cualquiera puede ser “condicionado” para un comportamiento y de hecho lo estamos.
    Lo educativo es reconocer lo enormemente influenciables que somos las personas y aprovechar eso para sacar lo mejor de cada uno de nosotros. Ya se que no se lleva, sino más bien está de moda lo contrario, así nos va.

    No sé por qué piensas que reconocer la influencia de la naturaleza personal y de las circunstancias en el comportamiento, deja inerme a la Humanidad. Yo no digo que la sociedad no tenga que castigar y premiar para condicionar así hacia el buen comportamiento, sino todo lo contrario. Debe hacerlo.

    Respecto a la “salvación de elegidos” es un misterio, no mayor que el de nuestras creencias cristianas, ni incompatible. Sabemos que el futuro de la Humanidad será, si llega, muy distinto de lo que conocemos ahora y que la Humanidad somos todos, nacidos vivos, nacidos muertos, y no nacidos. Lo que importa es saber que ese futuro depende de nosotros, los humanos y que igual que antes de nacer, nuestra identidad se mantiene después de muertos en el resto de nuestros semejantes. Cuanto mejor sea el futuro de la Humanidad, mejor para todos. JJ.

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  23. Totalmente de acuerdo con esa explicación de Juan Jesús sobre la libertad humana.
    Me ha impactado que en el Nature de hoy día 14 de Mayo, Martin Heisenberg profesor emérito de la Universidad de Würzburg, Alemania, publica el artículo Is free will an illusion? En el que explica exactamente de la misma manera que Juan Jesús en qué consiste la libertad humana. Añade que los neurólogos han comprobado que la mente humana toma decisiones 7 segundos antes de ser conscientes de ello. E.B.

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  24. Tengo entendido que en alguna zona (red neuronal) del cerebro se ha tomado ya una decisión, (lo que implica una serie de señales características), cuando el Yo se entera, pero el Yo cree que es él quien ha decidido. Lo hace tan solo una fracción de segundo más tarde, no 7 segundos que creo que es un error de redacción que hay en el artículo que comentas y que acabo de leer. Gracias por cierto, me ha gustado mucho.

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  25. El organismo ante una situación, inicia una actuación seleccionada en función de su propio diseño, o sea de su identidad y de las experiencias vitales que almacena. En muchos casos al poco de iniciarse la acción, se hace consciente y el Yo da por hecho que es él el que por motivos cuya valoración cree que conoce, ha decidido actuar de tal manera. Y a eso se le reconoce como una acción libre. J.V.

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  26. ¿Que grado de responsabilidad conlleva esa libertad que es el producto de mi naturaleza y los condicionamientos?

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  27. Siempre me ha impactado un célebre experimento realizado en varios países, seguido durante muchos lustros y con la obtención siempre de los mismos resultados. Se trata del experimento en que un profesor entra en una clase de niños, les da dos caramelos a cada uno y les dice que pueden hacer con ellos lo que quieran, pero que él volverá dentro de 1 hora y a todo niño que mantenga intactos sus dos caramelos le obsequiará con una bolsa completa. El resultado que siempre se obtiene es que los niños que son capaces de autocontrolarse y de aplazar su recompensa, son los que a lo largo de su futura vida consiguen los mejores logros en todos los ámbitos.
    No cabe duda de que hay un componente innato, genético, en esa capacidad, pues los niños del experimento son de ambientes familiares muy semejantes, pero su comportamiento es muy distinto. No obstante las personas, cuando maduran, adquieren unos valores y acumulan una experiencia respecto a las consecuencias de sus actos que les permiten tener un “comportamiento moral”, eso sí, condicionando por el ambiente social en el que están inmersos.
    Tanto las personas como los animales tenemos deseos, pero nos enfrentamos con un dilema que no tienen los animales: nosotros podemos decidir qué es lo que queremos desear: ¿Deseamos lo que ahora queremos, o preferimos desear lo que sabemos que querremos luego?
    Para mí, la contestación a la pregunta de mcgonzalez es que en tanto que somos conscientes de esta doble posible elección, somos responsables, pero no creo que eso signifique gran cosa.
    Seamos responsables o no, la sociedad debe consensuar una Etica y velar por su comportamiento mediante el premio y el castigo, pues los humanos somos muy capaces de comportarnos como los animales. Nos va mucho en ello. JJ

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  28. Lo que hay es un organismo dotado de una mente pensante, que a veces es consciente, (no continua ni totalmente) todo ello perecedero, pero dotado de una Identidad, en el sentido que le damos en el Blog, que es inmaterial.
    Creo que desmitificar el Yo psicológico es un buen ejercicio. Steven Pinker en su libro “Cómo funciona la mente” dice que ese Yo, no es más que un simulador* más, de los muchos que funcionan en la mente, pero es el encargado de tomar nota de los resultados de las valoraciones o cálculos que los otros simuladores de la mente han obtenido, pero como es la parte consciente de la mente y la que unifica de alguna manera las diferentes y numerosas actividades cerebrales que se producen en paralelo, él se arroga todo el protagonismo, pero puede que no sea mucho más que el chico de los recados.
    (* Se entiende por simulador una red neuronal de cálculo especializada en realizar una valoración específica).JJ.

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  29. Volviendo al 2º Objetivo del Blog, que era: “aportar argumentos que persuadan a la persona del interés que tiene para ella la preservación de su Identidad”.
    Resulta que la parte consciente de la persona, es decir, a la que hay que persuadir del interés que debe tener en preservar su Identidad, es el chico de los recados.
    Pero de hecho hay una persona, no sólo un chico de los recados. Además, el chico de los recados no es tonto, mediante la reflexión, o la lectura de este Blog, puede llegar a ser evidente para él que realmente trabaja en equipo y que aunque recibe órdenes directas de su jefe inmediato, que es su organismo, existen también los intereses de la masa accionarial de la que él forma parte (es la que guarda su Identidad) y que se ubica en los miembros de su especie, es decir, en la Humanidad, de cuyos intereses no le convendrá desentenderse. M.G.

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  30. Pues si la persona ha entendido que sus intereses personales son el progreso de la Humanidad, se merece un premio.
    El premio no puede ser otro que otorgarle DIGNIDAD.
    Ya sabemos que tener Dignidad significa tener derecho a algo, merecer algo y si reflexionamos un poco, nos encontramos con que “el activo” más importante que tiene una persona, es la de su pertenencia a la especie Humana. La diferencia de estatus en la Naturaleza que esto confiere a la persona, por comparación con la pertenencia a cualquier otra especie, actualmente es muy grande (aunque no siempre ha sido así), pero en un futuro puede que la diferencia sea infinita. JJ.

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  31. A la Atención de la comisión del Proyecto “Gran Simio” y de los anti-taurómacos militantes:
    Creo que la realista interpretación de lo que significa la Dignidad Humana que se ha expuesto en el Blog, nos aporta un criterio para aclarar qué diferencia de trato le corresponde a una persona y a un chimpancé, por si el evidente parecido entre ambos pudiese confundir a los espíritus sensibles. La diferencia cualitativa es el distinto porvenir de la especie Chimp respecto al de la Humana y eso afecta personalmente al estatus o dignidad de cada uno de sus miembros. Las personas tenemos Dignidad por nuestro futuro potencial en tanto que integrantes de la especie Humana. Los humanos estamos en ese ambicioso Proyecto que consiste en crear una Humanidad misteriosamente maravillosa, los chimpancés no tienen la posibilidad de trabajar en ningún Proyecto parecido, a ellos les daremos el trato que estimemos conveniente, porque su porvenir como especie es semejante al de los toros o al de las gallinas. E.B.

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  32. Enhorabuena por el Blog, veo ideas muy claras y mucha coherencia en ellas. Me gustaría conocer vuestra opinión sobre algo que está de actualidad y afecta a la naturaleza humana:
    ¿El feto humano de 14 semanas es persona, como ha dicho el catedrático César Nombela o no es persona, cómo defiende la ministra Bibiana Aido? María Luisa.

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  33. Como sabemos, la naturaleza de la persona consta de organismo e Identidad. La identidad del feto es humana y está presente desde la fecundación. Pero ¿Es el feto ya, un organismo humano? Decir que si está vivo y es humano es un ser humano y por tanto una persona, es falso. Hay células humanas vivas que no son personas, hay tejidos humanos que no son personas y hay órganos humanos que no son personas (¿un riñón humano es una persona?). Pero María Luisa pregunta si el feto es persona. Pues bien, el organismo no se construye de golpe, tiene todo un proceso embriológico que comienza con sus planos, (el zigoto diploide), y continúa por unas primeras etapas de mórula y blástula a las que ningún científico les atribuiría la categoría de organismo humano.
    La blástula no tiene ni una sola neurona. La construcción de un organismo humano es claramente una cuestión de tiempo, que es como se considera en cualquier país civilizado.
    Unos políticos sensatos, bien asesorados médicamente, deberían llegar a un consenso para concluir que a un determinado estado de formación del sistema nervioso central del feto, ya se le considere persona, por tener no sólo Identidad, que la tiene desde su concepción, sino por tener también lo que ya puede considerarse un organismo humano, aunque no tenga aún conciencia, ni Yo psicológico, que eso es otra historia que tiene menos que ver con la naturaleza humana. JJ.

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  34. El Ministro de Cultura y Universidades, Sr. Gabilondo, de profesión Catedrático de Metafísica, ante la cuestión de si es persona ó no el feto, ha dicho que a él le llevaría bastante tiempo decidirlo. Debe de estar contándole las neuronas o las sinapsis al embrión. E.B.

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  35. Gracias JJ por dar una contestación tan clara y convincente. Pienso que un creyente cristiano ha de ser muy fundamentalista para no admitirla. Entiendo por fundamentalista el que todavía piensa que su Alma la creó Dios con un soplido en el momento en que fue concebido. A partir de ahí cualquiera puede sentirse agredido por la Ciencia.
    María Luisa

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  36. Me gustaría plantear en qué situación emocional nos deja el hecho de admitir que ese Yo -que JJ llama psicológico, pero que es el que asumimos intuitivamente como el protagonista activo de nuestra existencia- no es más que una actividad cerebral, la actividad de unos circuitos neuronales conscientes con acceso a la propia memoria y que por tanto desaparece con la destrucción del organismo. J.V.

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  37. Hay gente que eso lo tiene muy asumido y piensa que “ese hombrecillo que nos parece llevar dentro” no es nada “espiritual” que por algún motivo misterioso pueda sobrevivir al organismo, sino que como producto del cerebro que es, desaparece con la muerte y es irrecuperable como lo son nuestras experiencias y su memoria.
    Otros, amparados en creencias confusas, se hacen la ilusión de que el cerebro humano y el protagonista consciente ese, a quien llamamos Yo, no es un producto del cerebro, sino algo misterioso a lo que se le llama Alma y que es inmortal.
    Las emociones que el conocimiento de nuestra verdadera naturaleza debe producirnos, no pienso que deba ser de tristeza por el estatus perdido, ni de desesperanza por la pérdida de posibilidades de alcanzar un futuro valioso.
    El objeto de este Blog es reflexionar sobre el hecho de que no se pierde todo con la muerte del organismo. Ese Yo sí que se pierde, pero nuestra Identidad no. Si la Humanidad culmina un futuro de esplendor, a la que está llamada, podrá generar fácilmente, desde las Identidades de sus miembros que conserva, una regeneración en ciertas condiciones que pueden dar sentido a ese gran proyecto de progreso que constituye la vida humana. JJ.

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  38. Estimado Juanje, aunque Wigestein dijo que de lo que desconoces no hables., me atreveré en el futuro a insinuar alguna idea sobre el tema. Pero en primer lugar te preguntaría si estas intentando crear un Paraíso (a la manera de las grandes religiones), y el concepto de Identidad, que me parece acertado, tendrá un futuro cierto, o al contrario a lo máximo que podemos aspirar es a que toda la Identidad se borre del que podría denominar Servidor de toda la Humanidad, unos minutos después que nuestro sol se apague.

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  39. Querido Enrique, matizando a Wigestein y recordando a Deleuze, yo pienso que sólo merece la pena hablar de lo que aún no conoces, eso sí, conviene moverse en terrenos fronterizos con el propio conocimiento.

    Desde luego que la Historia de la Humanidad, considerada como tendencia y por supuesto que con sus altibajos, es la historia de la transformación del Medio a su conveniencia. ¿Alguien se atreve a negar que al menos potencialmente la Humanidad es capaz de convertir el Universo en un Paraíso? Creo que sólo hay dos cuestiones al respecto: Si será capaz de evitar su autodestrucción y determinar el tiempo que tardará en conseguirlo. Yo creo que hemos pasado el ecuador.

    Por otra parte, la Humanidad no es otra cosa que ese conjunto de Identidades de sus miembros, vivos, muertos y no nacidos, Identidades muy redundantes por cierto. Si en un futuro existe la Humanidad, existirán nuestras Identidades. Hoy día existen las Identidades de bacterias que ya existían hace 2.000 millones de años. Es verdad que otras Identidades han desaparecido. Lo mejor que tiene el Cristianismo es su creencia en la “Buena Nueva”: Los Humanos estamos llamados a una vida de otro nivel y lo conseguiremos. Confiemos por tanto en que todo llegue a buen fin y no se borre del Servidor ninguna Identidad. No creo que el Sol sea nuestra mayor amenaza, cuando el astro se haga viejo, la Humanidad será capaz de realizar cosas que ahora son inimaginables, aunque Michio Kaku, profesor de Física en Nueva York, en su libro “Hiperespacio”, aborda los detalles. JJ.

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  40. Este Blog me ha hecho reflexionar sobre lo que constituye “la naturaleza humana”. He de reconocer que yo tenía la intuición de que además del organismo existía algo, ligado a la memoria, o a la propia conciencia que quizás pudiera sobrevivirnos, aunque no me atrevía a apostar por ello. JJ me ha convencido de que nuestra parte inmaterial es esa información que él llama Identidad. De hecho me he imaginado a dos seres, uno una persona normal pero con amnesia total y otra que mantiene una apariencia humana, con memoria perfecta, pero que si se le analiza una muestra de su organismo se comprueba que no tiene 23 x 2 cromosomas en sus células, sino algo totalmente distinto que no se corresponde con los genes humanos. ¿A quién de los dos consideraría una persona? Yo, desde luego lo tengo claro. J.A.

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  41. Supongamos, basándonos en la Ciencia actual, que en un futuro la Humanidad, con la evolución científica y técnica que hoy podemos suponerle, decide dar vida a una persona, con unas características concretas, o a un gran número de personas con características menos concretas. ¿Qué método utilizaría? La técnica sin duda comenzaría por seleccionar la información genética de las personas que quiere reproducir, con mayor o menor precisión, eso dependería del estado de la técnica en ese momento y del propósito que tuviesen al hacerlo. Desde luego conciencias, o memorias de individuos concretos no tienen ningún sentido en estas cuestiones, esa información, que intuitivamente nos parece tan importante, lo es para la vida de un organismo concreto, pero no tiene la mínima posibilidad de trascendencia. J.B.

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  42. Por retornar al 2º objetivo del Blog.
    Aunque aquí ya se ha hablado de la dificultad para valorar con nuestra mentalidad actual lo que supone compartir una Identidad, profundizar en ello un poco más puede resultar útil. Creo que el motivo de la distorsión de nuestra intuición al respecto, es el Yo psicológico, que es la parte consciente del organismo, porque éste, al ocuparse integradamente de la actividad que despliega la mente del organismo, asume que no hay nada más que eso, organismo. Para soslayar el problema, propongo que imaginemos una valoración de la Identidad de dos organismos por una tercera persona, relacionada, pero distinta:
    Supongamos que María tiene una hija Bea, de la que se obtiene al poco de nacer su Clon llamado Carol, idéntica a ella genéticamente. Yo no tengo experiencia de los sentimientos entre Bea y Carol, que pueden ser condicionados de mil maneras, pero pienso que María, la madre de Bea, debe sentirse tan madre de Bea como de Carol. Es decir, debe sentirse respecto a Carol, madre, no abuela. ¿No os parece? C.G.

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  43. Entrar en los sentimientos de las personas es un terreno incierto y no demuestra nada, pero yo ya dije en un comentario que consideraba a los tres hipotéticos clones de mi hermana Tere como hermanas mías.
    Creo que Marcelo en su anterior comentario intenta hacernos reflexionar sobre algo que sí que es importante desde el punto de vista del Objetivo 2 del Blog y es que salvar un Clon de sí mismo debe ser, incluso emocionalmente, como salvarse a sí mismo.
    Pregunto: ¿Hay mayor diferencia entre dos clones idénticos entre sí, que entre una misma persona antes y después de haber sufrido una amnesia total?
    Pues, si no hay mayor diferencia, habrá que concluir que morirse y ser regenerado a continuación mediante tu propia Identidad equivale no a morirse, sino a perder la memoria. JJ.

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  44. Si fuese evidente esa última afirmación yo daría por conseguido el Objetivo 2 del Blog, pues no se me ocurre mayor argumento para suscitar el interés en la preservación de la Identidad que el propio instinto de supervivencia, aunque se haya perdido la memoria.

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  45. A mi me lo hizo evidente un reportaje que ví en la tele. Se llamaba algo así como “Hombre blanco en Nueva York….” En el que un joven londinense que vivía en Manhatan pierde la memoria cuando iba en el metro de Nueva York a causa de un tumor cerebral, acaba en un Hospital y a partir de ese momento él no reconocía a ninguno de sus amigos ni familiares.
    Me pregunto cómo sus familiares podrían asegurar que esa persona era la que ellos conocían y no un clon suyo. El análisis genético coincidiría y no habría interrogatorio o manera de asegurar que no se tratase de un clon.
    Al ver el reportaje uno se percata de que el protagonista de la amnesia de hecho se comporta como un clon, pues ignora a sus amigos que para él son personas extrañas. Es curioso que a él no le importe en absoluto haber perdido la memoria, va a resultar que esos recuerdos que nos parecían tan importantes no lo son tanto y es que el Yo psicológico no puede echar en falta algo que no conoce. Realmente después de la amnesia hay otro Yo psicológico, pero ¿no se trata de la misma persona que antes de la amnesia? Claro que sí, porque tiene la misma Identidad, lo mismo que si en vez de ser él, fuese un clon suyo. Son indistinguibles. Una vez perdida la memoria, tanto para el que ha perdido la memoria, como para sus familiares tanto da ser uno mismo (el de antes de la amnesia), como ser un clon suyo. JJ.

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  46. Lo que se está diciendo es que al morir una persona lo que desaparece definitivamente es la memoria que albergaba su cerebro y su conciencia, representada por lo que se ha llamado su Yo psicológico. El cuerpo por supuesto que se pierde, pero si se conserva su Identidad, puede, en un momento dado, generarse un organismo idéntico al que ha muerto, con un cerebro igual que el que tenía la persona muerta cuando nació, con otro Yo psicológico, como sucedería si en vez de morir sólo hubiese perdido la memoria.
    Me gustaría saber, si la reencarnación de un clon suyo tiene algún interés para una persona. María Luisa.

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  47. La pregunta que hace María Luisa, creo que equivale a preguntarse ¿merece la pena nacer?
    Nacer supone obtener un organismo con tu identidad, con tus funciones mentales innatas, no “la tabla rasa” de Steven Pinker, pero sin memoria de experiencia alguna. Por supuesto que al clon que nace no le importa haber perdido la memoria de cualquiera de sus clones antecesores, el cerebro del nuevo organismo está ávido de recibir estímulos y reaccionará ante ellos conformándose en función de los que experimente, no le sirven las experiencias de otros contextos.
    Como la selección natural nos ha diseñado con instinto de supervivencia, tenemos aversión a morir, pero QUERER NACER, es una cuestión distinta.
    Si hiciésemos una encuesta preguntando ¿quiere Ud. volver a nacer? seguramente la mayaría contestaría: DEPENDE.
    Claro, porque, ¿tal vez desea Ud. nacer perro, o gallina? E incluso naciendo humano, en efecto, depende de lo adaptados que vayamos a estar a nuestro entorno, es decir, depende de lo que la Humanidad haya sido capaz de dominar la Naturaleza.
    Cuando más la domine, más merecerá la pena nacer como miembro de la Humanidad.
    Yo sí querría nacer en el seno de una Humanidad en el tope de sus logros y el Objetivo de este Blog es poner de manifiesto que la Humanidad debe luchar por ello, porque es lo que queremos los humanos. Esta es la reflexión que creo que debería ser asumida culturalmente para fundamentar en ella una ética actual. JJ.

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  48. Pero si la nueva persona que se reencarna no sabe que ella es la misma que desapareció anteriormente, ¿qué interés puede tener una persona en que la que se reencarne sea su clon un otro clon distinto?. Anónimo

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  49. Esta pregunta es la que se hace el "Yo psicológico" de la persona. Pero si entendemos bien cuál es la naturaleza de la persona, no dejaremos que sea el Yo psicológico quien resuelva asuntos que desconoce.
    La pregunta se contesta correctamente si quien la resuelve es la persona desde la comprensión de su total y verdadera naturaleza.
    Los Yo psicológicos de ambos clones no se identifican, como sucede con los de una misma persona antes y después de sufrir una amnesia importante, (por eso al Yo psicológico, que se da a sí mismo por desaparecido, le da igual quién sea el Yo psicológico que se reencarne); pero la naturaleza de una persona no se corresponde con su Yo psicológico, sino con su Identidad, esa información inmaterial e imperecedera, que identifica, conforma y condiciona a su organismo material.
    Desde el conocimiento de esta realidad, no puede ser lo mismo para una persona su clon Idéntico que otro ser. En un caso es la misma persona, en el otro, la persona reencarnada tiene una naturaleza distinta.
    Hasta que esto no se comprenda en su profundidad y quede totalmente incorporado a la esfera de las “creencias”, los sentimientos que se produzcan al respecto en la mente del individuo no serán los correctos y parecerá que “da igual” quién sea el que se ha reencarnado. JJ.

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  50. ¿Entonces, cualquier persona podría volver a adoptar nuestra identidad pero sin conservar los recuerdos?

    ¿Y los recuerdos a dónde van a parar? ¿Se pierden junto con la parte orgánica del ser?

    Un saludo

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  51. Si A adopta la identidad de B, resulta que A es la misma persona que B. Ya sé que no tendrán los mismos recuerdos, ni el mismo Yo psicológico, pero serán la misma persona por tener la misma identidad. Va contra nuestra intuición, pero es así.
    Yo, a mis 61 años no tengo los mismos recuerdos que cuando tenía 7 años, pero soy la misma persona. Un análisis genético lo atestiguaría. Una persona con amnesia total es la misma persona antes y después de sufrir la amnesia. Ya se ha dicho que dos clones amnésicos son indistinguibles.

    Los recuerdos son conexiones neuronales que se establecen en el cerebro a partir de unas percepciones. Obviamente eso desaparece con la destrucción del cerebro, no hace falta que la persona muera, una amnesia producida por un tumor u otra enfermedad basta para hacer desaparecer los recuerdos. JJ.

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  52. Me gusta el Blog y sus comentarios. Lo normal en un Blog es que cada uno de los comentaristas discrepe desairadamente del anterior y esto no sucede aquí. Esto es más raro aún si se considera el nuevo punto de vista desde el que aquí se enfoca lo constitutivo de la esencia humana. Me parece un acierto la contundencia con que se desacredita el concepto culturalmente tan extendido en Occidente de ese aquí llamado “Yo psicológico”, en otros sitios conocido como el “hombrecillo en la máquina”. La falsa creencia de que ese Yo es el constitutivo último de nuestra Identidad, configura tan potentemente nuestras emociones que nos deja ciegos a una realidad mucho más interesante. Enhorabuena por el Blog.

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  53. JJ se explica muy bien y resulta muy convincente. Ahora bien, si las personas mayoritariamente llegásemos a creer profundamente que ese “Yo psicológico” u “hombrecillo en la máquina” no constituye su verdadera esencia como persona, sino que su esencia o Identidad se halla en el resto de las personas, la Humanidad se convertiría rápidamente en algo bien distinto de lo que conocemos. O al menos eso creo yo

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  54. Este Blog trata de la Naturaleza humana sólo desde el punto de vista más básico, el de su esencia. No se trata aquí de abordar la descripción de cada una de las características específicas que son innatas en los humanos, lo que también obviamente es tratar sobre la naturaleza humana.
    Se ha pretendido desmitificar ese Yo psicológico, al que muchos identifican como el Alma inmortal del individuo porque hoy sabemos que eso constituye un error con raíces en un pasado en el que se disponía de menos información. El yo psicológico es una función mental muy importante, pero no constituye nuestra Identidad, sino más bien se modela y se corresponde con la parte consciente que históricamente nuestra mente ha vivido.
    Al Yo de una misma persona podemos imaginarlo bien distinto si su contexto vital fuese otro, lo que es probable que ocurra exageradamente en el futuro.
    ¿Cómo sería mi Yo si él no tuviese que ocuparse de las funciones de mi supervivencia a las que ahora se dedica a tiempo completo? Imaginemos por analogía qué Yo tendría una ameba respecto al Yo de una célula constituyente de una gran organismo en el que todo le viene dado por la superestructura que la alberga.
    Quizás se pudiera pensar que unos cambios profundos en el Yo acarrearían un cambio en la Naturaleza Humana. Lo que aquí se mantiene es que no, que una misma Naturaleza humana puede tener Yos muy diferentes. Por eso el camino de la evolución humana no es anular el Yo, sino informarle, hacerle consciente de la verdadera naturaleza humana de la que él es servidor. JJ.

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  55. He visto en el Blog referencias a Steven Pinker y a su conocido libro “La Tabla Rasa”.
    Existe una coincidencia en lo fundamental entre las tesis del libro y los comentarios del Blog, aunque también hay diferencias de detalle.
    Creo que el Blog, apoyándose también en los mismos conocimientos que la nueva biología y neurología nos aporta, pretende ir más allá y no se conforma con intentar sustentar una nueva ética, (que todo el mundo reconoce que se necesita), en la mera evitación del sufrimiento, sino que le da un carácter finalista, en el marco de un Gran Proyecto de la Humanidad, en un horizonte más amplio, pero compatible con nuestra naturaleza humana, Proyecto del que merece la pena que nos ocupemos y para eso busca la aportación de argumentos que nos motiven. Me parece un Blog de gran interés. Enric.

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  56. Este Blog me ha impactado, hacía tiempo que no leía algo tan interesante. Los puntos de vista que se ofrecen sobre diversas cuestiones me parecen geniales. De entre ellos me quedaría con la paradoja que plantea Juan Jesús cuando contesta a Maria Luisa a la pregunta “¿ofrece algún interés para una persona que un clon suyo se reencarne?”
    Digo paradoja porque nadie duda del interés de una persona en mantenerse viva, sin embargo JJ acierta contestando que para él reencarnarse equivale a volver a nacer y esto o mantenerse vivo son cuestiones de interés equivalente. Ante la insistencia de un anónimo poniendo de manifiesto lo difícil que es superar la errónea intuición de que la persona coincide con su Yo psicológico, JJ responde con la coherencia de su tesis sobre lo que constituye la naturaleza humana, algo poco intuitivo pero que explica mucho mejor las cosas. Enhorabuena, estas ideas tendrán repercusión, ojalá sea así. Emilio Torrens.

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  57. Concierto de Europa. El protocolo exige una cena. Ya, en hora avanzada, de mis costumbres perdida, próxima la madrugada, estas letritas escribo, con el ánimo de acercarme a la verdad, con la metodología del absurdo, pero ¿acaso existe la verdad?. Y como aquí hay algo tambien de volitivo, me sitúo en París y estoy viviendo el año 1.924.
    Res qui tangere possunt y lo demás mataiotes mataiotetu kai panta mataiota. Lo demás, de más y Demas, este discípulo heterodoxo de Pablo de Tarso. Me llevó de calle lo literario y lo ortográfico. En una primera aproximación al tema, que hoy y aquí nos convoca, diría, siguiendo a Agustín, Obispo de Hipona, que "in interiore homine habitat veritas, et..." y me vuelvo a preguntar ¿existe la verdad?. Cosas que se pueden tocar, porque aunque produzca cierta extrañeza, los milagros hoy existen, no los tradicionales, sí los milagros de la ciencia, porque estos últimos tienen una aceptación universal, todos creemos en ellos, aunque con una llamada a su constante evolución. Los que están en el "Siglo", pretenden la perpetuación, hasta la llamada final en las que serán convocados sus descendientes. Y esto, tal vez atemporal, tiene una inexorable relación con la Resurrección de Cristo y la tan traída y llevada Resurrección de la carne. En la última convocatoria, cuando este planeta en el que nos ubicamos, cumpla su vocación de destrucción, serán los que están en el "siglo" quienes resuciten en la carne en sus ultimísimos descendientes. Pero ¿esto es una broma?, ¿tiene visos de seriedad? y... ¿los que no están en el "siglo"? ¿resucitará su carne? Porque eso de resucitar la carne ¿qué es? , ¿para qué?. En esta sede las preguntas están marcadas por el signo de la infinitud. Quedense las cosas, y entre ellas el ser, no como están pero sí con la mirada puesta en el futuro de la ciencia, cuya evolución es tambien infinita, aunque predecible.
    Yo tenía un conocido con quien la fábrica divina no fue generosa, pues resultó ser persona necia y al mismo tiempo sorprendente. Tomaba apuntes y tenía que repetir clases para volver a retomarlos y el resultado no llegaba. No daba para más. Y es el caso que lo sorprendí esgrimiendo un cuaderno, lápiz en mano, y le pregunté qué hacía y, en su inocencia, contestó:
    - Apunto algunas de las cosas que tu dices.
    - ¿Y que es lo último que has escrito?.
    - Pues lo último que tu has dicho.
    - ¿Podrías leermelo?.
    Y con esa voz, en su garganta perdida, pude entender a duras penas lo que de ella salía, y así lo leía:
    "¡Cristo Nuestro, Cristo Nuestro!, ¿por qué nos has abandonado?".
    (Miguel de Unamuno.- La agonía del Cristianismo.)

    Antonio Ripoll Jaen

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  58. antonio ripoll jaen20 de octubre de 2011, 8:41

    Buscando en esta mi tierra, ya casi de los ojos perdida, sean estas letritas, para intentar explicar, aquellas otras que en su día antecedieron a las que ahora siguen.
    Me voy a hacer entender. A nadie se le escapa que una linea-y yo he escrito muchas- es el techo de un pensamiento y que otra linea-la que está debajo- es el suelo del pensamiento mismo. Entre lineas hay algo que es razón y escapa de la razón misma, hay algo- y es un ente-que está llamando para ser rescatado por un lector inteligente.El pensamiento está a la busqueda de la libertad, queriendo salir de esa cárcel que son las lineas.
    Voy a seguir explicándome y lo voy a hacer entrando en el tema.
    ¿Tu crees, querido lector, que no hay pesamiento en lo que escribí? ¿ acaso entiendes que las letras son sólo palabras, tal vez cosas y nada mas?.
    Sí, sí hay una vocación universal que plasma, convoca y vocaciona la identidad del ser, pero la realidad es que, por mucha vocación genética que exista, todos y cada uno de nosotros-sea por lo que sea- somos diametralmente distintos a nuestro próximo. Resumase lo que digo en aquello de "cuarenta millones de españoles, cuarenta millones de opiniones".¿ hay identidad ?. Sin duda la respuesta es negativa. Pesa mucho más la identidad-disparidad plasmada en la conducta que la genetica- y aquella es instrasferible, única- tal vez esta última incida en lo morbido pero no en nuestra identidad. ¿somo iguales? No. Somos conflictivamente distintos y es asi porque hay tantas identidades como individuos que se asientan en este puñetero planeta que se llama Tierra.

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  59. antonio ripoll jaen20 de octubre de 2011, 8:42

    Me voy a seguir explicando.
    Ejemplo de instrumentalización:Con el Tratado de Versalles de 1919 se firma el armisticio entre los aliados-vencedores-y la perdedora Alemania. Entre otras estipulaciones se limita al vencido el número de los miembros de las fuerzas armadas, el tonelaje de los buques y la prohibición absoluta de la aviación.
    La reacción de la Alemania nazi se centró en la proliferación de los gimnasios, en los que se fraguaba la creación del potente ejercito alemán que permitió la Segunda Guerra Mundial.
    Los nazis abusaron de una figura jurídica licita-la asociación deportiva- para conseguir un fin ilícito, cifrado en la violación del Tratado de Versalles. Y la consecuencia jurídica, hoy vigente, es la figura del "levantamiento del velo de la persona jurídica".
    ¿Es ilícita la instrumentalización? No siempre.
    Sigo con el tema, el de la instrumentalización. Se puede decir que no se entiende un mensaje para provocar una respuesta del destinatario, con lo cual se está instrumentalizando la intercomunicación.
    Pues en las lineas que anteceden hay de todo y esto puede resumirse, reafirmando la negación de la identidad, en lo que Tomas de Aquino-el Doctor Angélico, sea por lo de Inmanuel, referido a Kant- asi decia:"Quit quit cognogcitur ad modum cognoscentis cognoscitur, quit quit recipitur ad modum recipientis recipitur". Y si de ahí nos pasamos al relativismo de Ortega y nos detenemos en la Ruta de Don Quijote de Azorín puede concluirse que no existe identidad en dimensión de repetición. Somos únicos e irrepetibles.
    Si fueramos continuidad en repetición, secuencia de esa unidad-pretendida- que nos universaliza, dos individuos, con la misma cultura y el mismo entorno, ante un hecho tendrían la misma reacción. Y no es así.
    Y asi son las cosas. Se propone algo, a veces con el fundamento de la propia afirmación, y las derivaciones pueden ser de lo mas inesperado.
    Nunca olvidaré aquellas reflexiones sobre el viaje al Caribe.
    Esta es mi manera de ver las cosas, muy distinta a la tuya y a la de otros, porque somos únicos e irrepetibles. Y también inesperados, cuando no absurdos.
    Y así me despido de este Blog que es de lo más interesante y divertido. Un abrazo para todos.
    Estos son unos pensamientos “apalabrados” que tuve ya hace algún tiempo todavía presente y que ahora, hoy, veinte de Octubre de dos mil once yo, en este blog, publico no sin hacerme antes esta pregunta: ¿habrá alguien, tan imbécil, que no sepa quién era ese conocido mío, tan necio, con su chaqueta y corbata, zapatillas de deportes en los pies, que la voz en su garganta, ante más de tres personas, se le amariconaba?.
    Y así es todo.
    Antonio Ripoll Jaén

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  60. Sí, somos distintos unos de otros y nosotros mismos somos distintos en cada momento de nuestra propia vida, nadie puede decir que haya repetición alguna. Pero ¿qué es lo que permanece en ese contexto tan cambiante? A eso es a lo que yo llamo Identidad.
    Nuestra actividad mental es complejísima y tú Antonio eres una buena muestra de todos los matices que en ella se pueden encontrar, aunque también tú das por sentado que esos matices los puedes compartir.
    Y es que las palabras no son sólo objetos gracias a que básicamente compartimos una misma mente, aunque nuestro Yo sólo tiene noticia directa de la suya. Pero si milagrosamente eludiéramos toda la inmensa variabilidad que posibilita la complejidad de nuestro genoma y la infinita variedad de influencias distintas que ambientalmente modifican nuestro epigenoma y nos encontráramos ante un clon tuyo sometido íntegramente a los mismos estímulos que tú has tenido, ese clon tuyo sólo le parecería distinto de ti, a tu propio Yo y no sé durante cuánto tiempo. ¿A quién y cómo podrías convencer de que tú no eres tu clon? ¿Cómo lo harías? JJ

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